jueves, 13 de junio de 2013

Arte en el período colonial

Se considera Arte toda creación u obra que exprese lo que el hombre desea exteriorizar, obedeciendo a sus propios patrones de belleza y estética. La pintura, danza, teatro, escultura, el dibujo, la música, literatura, arquitectura, entre otras forman parte de las manifestaciones artísticas del ser humano.

El arte popular en Venezuela ha sido influenciado por diversas culturas.

Entre ellas: 
  • La cultura autóctona de los aborígenes
  • La cultura africana, que trajeron los negros esclavos
  • La cultura la española, aportada por los conquistadores. 

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Durante la época colonial venezolana la cultura fue fundamentalmente católica y patriarcal.

Las manifestaciones culturales estaban asociadas a los asuntos espirituales de la población. La pintura y la música eran de inspiración religiosa y estaba al servicio del culto; la pintura ofrecía temas e imágenes sagradas como expresión gráfica

Los artistas más representativos de la historia fueron: Juan Lovera, Martín Tovar y Tovar, Antonio Herrera Toro, Emilio Maury, Arturo Michelena y Cristóbal Rojas.

Entre los años veinte y treinta, fue el pintor Armando Reverón(1889-1954) quien inició a Venezuela en una verdadera modernidad pictórica. 

La renovación de Reverón en pintura, tiene su equivalente en la escultura en la obra de Francisco Narváez (n.1905). 
Las tallas de Narváez se caracterizan por la síntesis de las formas y una tendencia hacia la estilización geométrica.

Existen muchos artistas venezolanos con diferentes tipos de manifestaciones, tales como Manuel Cabré, Gilberto Bejarano, Carlos Medina, Luis Millé, Tito Salas, escultores tales como Harry Abend, Francisco Narváez, Carlos Prada, Carlos Cruz Diez, Jesús Soto, Alejandro Otero.
Así como un sin fin de expresiones tomadas como artísticas, que cada uno de los sectores del país disfruta en sus celebraciones y que ya son consideradas parte de nuestras tradiciones.

El Arte Colonial se desarrolló en América durante los siglos XVI, XVII Y XVIII. Durante este periodo, el territorio de nuestro continente estaba dividido en colonias dependientes del imperio español, lo que permitió el paso del arte barroco de España al nuevo mundo. 

El arte colonial floreció bajo la influencia del barroco y las ideas católicas de la contrarreforma. Las iglesias católicas tenían interés en demostrar a las  colonias, su poder y grandiosidad, por eso el arte jugo un papel determinante para difundir las ideas religiosas a la vez le sirvió para combatir las creencias y prácticas de las religiones indígenas.

En el arte colonial se conocen todas las expresiones artísticas, impulsadas bajo la influencia de España, el desarrollo del arte colonial fue desigual según el grado de progreso cultural, las condiciones geográficas y la organización social de cada colonia.

Las Artes en el Periodo Colonial

El arte colonial es el que se desarrolla en América durante el periodo de ocupación española, es decir, desde que Cristóbal Colón descubre el continente hasta que alcanza su independencia.

El Arte Colonial en Venezuela Contrariamente a lo que comúnmente se cree, el legado artístico del período Colonial en Venezuela fue muy rico. 

Las sucesivas guerras del siglo XIX acabaron no sólo con ese patrimonio, sino también con la tradición del venezolano de atesorar las pertenencias de sus antepasados. 
Por otra parte, diferentes estudios que se han realizado han demostrado que sí hubo un florecimiento artístico que produjo numerosos y valiosos testimonios:

PERÍODO COLONIAL I
  • Disposiciones urbanísticas: el trazado regular. 
  • Arquitectura religiosa: capillas de indios o misioneros, iglesias matrices, conventos, la torre. 
  • Arquitectura militar: las fortificaciones portuarias, las murallas, el fortín. Araya, Orinoco, Golfo de Maracaibo. Los ingenieros militares y la tipología caribeña.
PERÍODO COLONIAL II
  • Pinturas: Siglo XVII y XVIII: influencias flamencas, españolas e italianas. Las estampas, Iconografía cristiana La producción criolla. El Pintor del Tocuyo. Escuela de Caracas Francisco de Lerma y Villegas, Zurita, Juan Pedro López, los Landaeta. Escuela de Mérida (José Lorenzo de Alvarado). Escuela de Río Tocuyo. 
  • Esculturas: Tallas en madera, Figuras. Santos de vestir, relieves. 
  • Artes decorativas o aplicadas (artesanías artísticas): ebanistería religiosa (retablos, confesionarios) y doméstica (parihuelas, armarios, sillones). La marquetería (Domingo Gutiérrez). Orfebrería y platería, (Pedro Ignacio Ramos); Textiles (alfombras, vestidos); fundición (campanas), pintura mural. 
PERÍODO NACIONAL Siglo XIX (I)
  • Tradición colonial e iconografía republicana: Juan Lovera y Pedro Castillo.
  • Nuevas Técnicas: Litografía y fotografía. 
  • Descubrimiento del paisaje y la sociedad. 
  • La formación académica. El retrato, la historia. Artistas extranjeros: retratistas (Ker Porter), paisajistas (Melbye) dibujantes y pintores naturalistas (Bellermann, Coering). 
  • Un visitante especial: el joven Pisarro. El mecenazgo Guzmancista, Martín Tovar y Tovar, Arturo Michelena, Cristóbal Rojas, A. Herrera Toro, Emilio Mauri.    Entre el realismo burgués y el social. 
  • Los pintores menores: Celestino Martínez, Ramón Bolet Peraza. El costumbrismo. 
  • La decoración finisecular: el Palacio de Miraflores, Julián Oñate, A. Michelena. 
PERÍODO NACIONAL SIGLO XIX (II) 
  • La escultura. La tradición colonial de la talla religiosa (José de la Merced Rada, Manuel González) a la estatuaria republicana (Eloy Palacios, Rafael de la Cova). la estatuaria bolivariana de importación.
  • El modelo neo- clásico y romántico. El ornato urbano: plazas, boulevares, arcos triunfales. 
  • La nueva arquitectura del poder. Los estilos históricos: neo-renacimiento, neo-barroco, neo- gótico. Arq. Hurtado Mendoza, Muñoz Tebar, Esteban Ricard; el eclecticismo. 
  • La arquitectura palaciega y la villa: El Paraíso, Miraflores y la presencia del hierro. 

José Tomas Boves

José Tomas Boves:

José Tomás de Boves y de la Iglesia también conocido como el León de los Llanos, el Urogallo, la Bestia a caballo o simplemente taita.(Oviedo, 18 de septiembre de 1782 - Urica, estado Anzoátegui, 5 de diciembre de 1814) fue un militar español, comandante del Ejército Real de Barlovento3 (también llamada la Legión Infernal)4 y caudillo de los llaneros en el transcurso de la Guerra de Independencia de Venezuela durante la Segunda República (1813 - 1814).

A lo largo de su breve pero notoria carrera militar, Boves se transformó en un auténtico caudillo popular. Valiéndose de los resentimientos sociales de las clases más bajas contra los abusos y explotación de que eran objeto por la aristocracia criolla desencadenó una feroz ofensiva contra los ejércitos independentistas y se convirtió en un auténtico peligro para la causa republicana de las élites venezolanas.
Simón Bolívar lo llamaba El Azote de Dios. Según Bolívar, unas 80.000 personas murieron por las campañas de Boves.En 1814 se perdieron en total, a causa de la guerra, entre 100.000 y 150.000 vidas. Miquel Izard Llorens, historiador de la Universidad de Barcelona, España, sostiene que la famosa crueldad de Boves y sus tropas es producto de un largo trabajo de difamación elaborado en la época posterior a la independencia venezolana.8 Boves y sus huestes después de su lugarteniente Morales, saquearon las ciudades de Valencia, Caracas, Cumaná, Barcelona y Maturín, cometiendo terribles masacres y logrando un gran botín.

El liderazgo de Boves constituyó una causa fundamental para la caída de la Segunda República. Sin embargo, nunca llegó a gobernar el país ya que, al mando de los realistas en la crucial batalla de Urica, perdió la vida.
Hijo de Manuel Boves y Manuela de la Iglesia. Su padre falleció cuando tenía apenas cinco años por lo que tanto su madre como sus dos hermanas tuvieron que trabajar de criadas.10 Cursó estudios de Náutica y Pilotaje en el Instituto Asturiano de Gijón entre 1794 y 1798, de donde después pasaría a prestar servicio en la Real Armada Española y en buques mercantes o de correos.11 Involucrado en el contrabando por la necesidad de ayudar a mantener a su familia en España,10 fue juzgado y sentenciado a 8 años de prisión y deportado al castillo de Puerto Cabello en la entonces Capitanía General de Venezuela. Gracias a que Lorenzo Joves, amigo de su padre, le consiguió los servicios del abogado criollo venezolano Germán Roscio, después primer vicepresidente de la Gran Colombia, vio conmutada su pena de prisión por la de destierro a la Villa de Calabozo.
Cesáreo Fernández Duro afirma que su verdadero nombre era José Tomás Rodríguez, que había nacido en Gijón y que mandó un buque corsario. No obstante, en su expediente militar no hay constancia de su servicio en ningún buque corsario. De hecho, España no organizó apenas este tipo de fuerzas en aquella época.


Después de su sentencia se asentó en la región de los Llanos donde abrió una pulpería, actividad considerada infame por los mantuanos de Caracas; ampliando luego sus actividades comerciales con tráfico de ganado cimarrón o salvaje. Rechazado por la aristocracia criolla Boves prefería pasar su tiempo con el pueblo llanero formado por negros, mulatos, mestizos e indios a los que trataba como iguales y por lo que ellos empezaron a llamarle Taita (papá).10 Allí contrajo nupcias con la mulata María Trinidad Bolívar con la que tuvo un hijo (José Trinidad Bolívar).
Al estallar la Guerra de Independencia de Venezuela en 1811, Boves intenta unirse a la causa independentista10 apoyándola económicamente con su patrimonio. A pesar de su experiencia militar y de su habilidad como jinete, su solicitud de un mando militar fue rechazada por los criollos de Caracas debido a su condición social. Inesperadamente, fue acusado de traidor y sentenciado a muerte, posiblemente por enemigos personales. Su pulpería fue saqueada y quemada y su mujer asesinada delante de su hijo. Finalmente lo libera en Calabozo el jefe militar español Eusebio Antoñanzas cuando éste tomo el pueblo; y se unió a la columna de vanguardia del ejército de Domingo de Monteverde bajo el mando de Antoñanzas.

Francisco de Monteverde

Francisco de Monteverde:

Pablo Morillo

Pablo Morillo:

Pablo Morillo y Morillo, I conde de Cartagena, I marqués de La Puerta, conocido como El Pacificador (Fuentesecas, Zamora, España, 1775 - Barèges, Francia, 1837) fue un militar y marino español.
Durante su etapa en la Real Armada Española participó en distintos combates, entre los que destacan la batalla del Cabo de San Vicente y la de Trafalgar.

De su etapa en el Ejército Español es conocido por su participación en las guerras de independencia de Venezuela y Colombia como Jefe de la Expedición encargada de sofocar la rebelión. Destacan la toma de Cartagena de Indias y las posteriores acciones militares, que llevaron a la caída de las Provincias Unidas de la Nueva Granada y el restablecimiento del virreinato. En Venezuela consiguió detener el avance de Simón Bolívar hacia Caracas tras vencerle en la segunda batalla de La Puerta. Con el posterior Tratado de Armisticio y Regularización de la Guerra consiguió establecer una tregua y se abolió la Guerra a muerte decretada por Bolívar.

Aunque no es tan conocido, también destacó en la Guerra de Independencia española en batallas tan decisivas como la de Bailén (la primera derrota napoleónica) y la de Vitoria (que forzó la retirada de las tropas francesas de España) o en la de Puentesampayo, donde fue el encargado de dirigir al ejército que derrotó al Mariscal Ney y obligó al ejército francés a evacuar Galicia. Pablo Morillo nació el 5 de mayo de 17751 en Fuentesecas (Zamora), siendo bautizado dos días más tarde. Sus padres, Lorenzo Morillo y María Morillo eran descendientes de esta familia noble.

Se alistó con 13 años de soldado del real cuerpo de infantería de marina, 19 de marzo de 1791, en funciones de asistente de mando o banda dada su corta edad. Sin embargo a la edad de quince años se halló en los primeros días de mayo de 1793 en el desembarco de la isla de San Pedro en Cerdeña y después en el Sitio de Tolón, donde tomó parte en siete acciones hasta que fue herido y retirado del combate. Pasando luego a Cataluña, concurrió al combate del 13 de agosto de 1794 en las alturas de Cullera, y se halló en el sitio del castillo de la Trinidad en Rosas, formando la guerrilla, y asalto en lanchas, nuevamente bajo fuego enemigo.
Posteriormente fue hecho prisionero a bordo del navío San Isidro en el ataque naval de 14 de febrero, hallándose poco después de nuevo en libertad. Estuvo seguidamente en el bombardeo de Cádiz por los ingleses. Por estos méritos y servicios en la Marina Real obtuvo los galones de sargento, concedidos el l de octubre de 1797. Participó en la Batalla del Cabo de San Vicente y en esta clase de sargento concurrió al combate naval de 21 de octubre de 1805 sobre el cabo de Trafalgar a bordo del navío San Ildefonso, donde fue herido y nuevamente hecho prisionero.
El completo abandono padecido por la marina real le mantuvo, lo mismo que al resto del personal y buques de la armada, obscurecido entre todas las carencias hasta su incorporación a la milicia y su destacada participación en la Guerra de independencia española.